Esta mañana desperté con el intestino abierto… un ojo en mi
espalda una mano palpitante y un cuchillo en la otra, por un momento pensé que
estaba bien… nose como ni cuanto tiempo estuve durmiendo, solo sé que fue lo
suficiente para que te metieras por ese largo laberinto… ni siquiera estaban
despiertos los soldaditos de plomo, la puerta estaba sin llaves…
El día estaba tan feo ni santo y seña dijeron… y si hoy me
hubiesen matado nadie sabia donde estaba ni mucho menos como encontrarme… que
miedo tenia de buscarte y encontrarte hoy día… por que tengo ganas de correr
cada vez que no estas por que siento que las mujeres caen como patos asados y
yo no quiero caer pensando que hacia lo correcto.
O es el miedo que se apodera de mi felicidad…o presiento que
algo malo sucederá.
Yo lo único que pido es que cuides ese lugar que me gusta
mucho, esta muy adentro cuesta llegar pero es muy soleado y me gusta sentarme a
mirar como el sol se despide cuando el cielo se pone rojo y el mar como espejo lo
refleja todo en el lugar… hasta que el
sol se despide…camino por el pasto que revienta con el viento.
Cuando estoy triste la puerta se cierra en ese lugar y deja encerrado a quien lo allá contaminado…
Hasta que el perdón se extienda y el sol se vuelve a poner…
si no te quieres ir del lugar no hagas que se atormente el temple, no corrompas,
no inundes mi paraíso que durante años no lo compartí de hecho ya ni recuerdo
lo que era la compañía en ese lugar… hasta hoy que recordé la razón de por que
no lo hacia.
Y me dolió como si hubiese sido hoy.